Hoy vamos a salir de dudas explicando qué es lo que sucede cuando la abrimos y cómo podemos mantener una botella de vino abierta para que conserve todas sus propiedades.
Aprovechar los buenos momentos que nos brinda la vida y con los nuestros es lo que más nos gusta. Y qué mejor que una celebración con un buen vino.
Disfruto también con los libros y tengo que reconocer que acompañar ese ratito con un tinto y algo de comer es de lo más reconfortante, aunque cuando descorcho una botella y apenas tomo una copa, me pregunto, ¿Qué ocurre si dejo la botella de vino abierta?
Pues bien, al retirar el corcho, el oxígeno del aire entra en contacto con el producto, lo que se conoce como oxidación y provoca la perdida de aroma, sabor y calidad.
Dependiendo del tipo y la edad del vino, este se mantendrá en condiciones óptimas durante más o menos tiempo. Además, la humedad del ambiente es un factor importante que se tiene que valorar, entorno al 70-80% es lo aconsejable para que el corcho ni se seque ni se humedezca.
¿Cómo mantener abierta una botella de vino tinto?
Los que son jóvenes llegan a alcanzar los cinco días, se mantienen en buen estado con una temperatura entre los 12 y los 16ºC.
No es el caso de los tintos envejecidos como los crianza, reserva y gran reserva, ya que su duración ronda los dos o tres días y es recomendable un lugar fresco y oscuro para su reposo.
¿Cómo mantener los vinos blancos y rosados?
Los blancos y rosados aguantan unos tres días bien refrigerados.
Deben mantenerse siempre en la nevera una vez abiertos, aproximadamente a una temperatura de unos 6ºC, aunque mi recomendación es introducirla en el congelador veinte minutos antes de su consumo.
La experiencia en boca de estos vinos es fascinante si lo sirves con una copa helada.
¿Cómo mantener los vinos espumosos y dulces?
Los vinos espumosos deben consumirse en el mismo día para así evitar que se pierda la gracia que inspiran las burbujas.
Hablamos también del vino dulce, muy agradecido ya que puede aguantar varias semanas sin perder apenas propiedades por la cantidad de azúcar que posee.
Por último añadir, que evitar la exposición de luz directa y mantener el aislamiento de olores fuertes, es muy beneficioso tanto para el vino que no hemos abierto como el que conservamos una vez descorchado.
A la hora de servirlo, decanta la cantidad que se va a utilizar y seguidamente cierra la botella, bien con el mismo tapón o con una bomba de vacío, muy conocidas por los amantes del vino.