Vino rosado y aromas que llenan el alma.
En esta época del año disfrutamos las tardes de verano con dos esenciales, un vino rosado y un buen libro que nos inquiete, por eso ¿Dónde mejor que en una bonita playa para sentir esta experiencia? Preparamos la nevera con mucho hielo y nuestro vino rosado preferido.
Siempre con copa, nos servimos y sentimos como los aromas se mezclan con el mar. Empezamos nuestro libro pero antes cerramos los ojos durante diez segundos, respiramos y … ¡Tomamos un trago!
Si eres de los que te gustan los finales que sorprenden ve al apartado del Blog «La chispa de un vino rosado» y si prefieres disfrutar con la magia de un encuentro inesperado continua leyendo.
La magia de un vino rosado
Bien hecho, has elegido la magia de un vino rosado. Abres los ojos, un encuentro inesperado aparece allí, alguien al que tienes especial cariño, ¿Casualidad? Lo que sí sacas en claro es que nunca tienes que llevar una sola copa.
Cuando descorchamos un vino, su entorno provoca en él una metamorfosis. En el caso de los vinos rosados destacamos los aromas intensos propios de su juventud, los frescos con aromas a frutos rojos.
Los aromas frutales en el vino rosado
Son muchos los aromas frutales que percibimos en los vinos rosados, el limón, la manzana, la mandarina, la sandía, el pomelo, la fruta de la pasión, la pera, el plátano, la cereza roja y los frutos rojos son solo algunos destacados y aquellos de tonalidad oscura, marcan la línea de las distintas frutas.
Los aromas florales en el vino rosado
La variedad nos sorprende, los aromas florales en el vino rosado suelen ser intensos y traen consigo la frescura de flores curiosas, nombramos algunas como la acacia, el espino blanco, la violeta, la flor de la rosa, de viña, de azahar, de melocotón o las flores secas.
La chispa de un vino rosado
Bien hecho, has elegido la chispa de un vino rosado. Abres los ojos, una ola aparece frente a ti, de esas que por mucho que corras no tienes ninguna escapatoria. Con suerte consigues levantar el libro y la copa pero acabas empapado. Se mezclan los aromas del rosado junto a la sal del mar que se encuentra en todo tu cuerpo. Disfrutarás de tu último sorbo…
Algunos aromas vegetales como la hoja de grosella negra o el pimiento destacan como los más conocidos.
La levadura y el caramelo ácido pueden aparecer en los vinos rosados jóvenes. Este último aroma nos resulta familiar en vinos que se vinifican a una temperatura fresca, además el plátano maduro o las frutas rojas pasadas marcan la línea del mismo. Surgen así los vinos simples o sencillos cuando encontramos este aroma durante todo el recorrido.
Nuestro rosado estrella es el Joven Rosado de la bodega Santa Rufina, siempre acertarás con un vino clarete de variedad Tempranillo y un toque de uva Albillo.
La explosión que deja la aguja te fascinará, ¡Salud!